martes, 16 de junio de 2009

S o s

Ella se apoya en tu pecho, descansa y rápidamente se duerme, con la mano que no te aprisiona apagas la tele para que no la despierte. En esa habitación de hotel, te invade la oscuridad, te agobia, te atrapa y te refugias en el punto verde de la lucecita del televisor. Sentís como la oscuridad reaparece cuando cerras los ojos, los abrís, tenes miedo. Lentamente tus ojos se acostumbran, aprecias la tenue luz de la luna que entra por la ventana. Otra vez oscuridad, ataca por sectores en distinto tiempo, como chocando con las paredes de un laberinto, intentas escapar, terminas en tu imagen. Estas asustado, pero no te moves para no despertarla. Ella sigue sobre vos. Te ves parado en el final de la cama. Estas distinto, no sos vos… sos vos… otra vez nos sos vos… lo que estás viendo son todos tus sentimientos formando tu imagen. Sos guardián, te proteges de vos mismo, de ella, de ustedes. Queres dormir para despedir el delirio, no lo logras. Cada vez que cerras los ojos sentís el laberinto, la oscuridad, tu guardián. Los abrís rápidamente y todo eso sigue ahí. No podes escapar, no con ella sobre vos. No sabes cómo quitarla, no queres quitarla, pero tenes miedo, y te duele, pero te hace bien. Mantenes silencio, rara forma de gritar…

Hoy soy un fantasma, no soy yo…

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