Me fui a cargar la luna al hombro para que la vea. Su sueño era verla una vez mas, el mío cumplir el suyo.
La gente de loco me trataba, pero sin pensarlo caminaba, sabia que debía llegar hasta la noche donde la luna se encontraba.
Encontré la noche mientras preparaba mi equipo, ya tenia todo, un lazo, una bolsa y una rosa. La flor era para ofrecérsela a la luna y endulzarla, el lazo para atarla y la bolsa para que cuando me veas entrar con ella no la reconozcas y así darte una sorpresa.
La noche era muy intensa, no veía el resplandor que ella generaba. Ocurrió lo que sospechaba, las nubes descubrieron mi intención y la escondían. Debía lograr atravesarlas para llegar a ella.
Alguna vez escuche que las nubes decoraban el cielo, pero que ellas nunca lo notaban. Entonces busque fotos del cielo, de esas que no se logran todos los días.
Subí a la montaña mas alta con ayuda de las rocas que entendieron mi búsqueda. Una vez arriba llame a una nube, le mostré las fotos y mientras entretenida las miraba le conté porque quería robarme la luna, agregándole que la devolvería al día siguiente. Se voltio hacia mi y mirándome fijo me dijo: “lo sabemos, por eso estamos aquí, para que el resto de la gente no note su ausencia”. Me quito el lazo de la cintura junto con la bolsa, se interno entre las demás y rápidamente volvió con la bolsa llena, “cuídala” me dijo.
Rápidamente baje la montaña y emprendí el viaje de regreso, fui en su encuentro. Ella no caminaba, no quería dejar su habitación por nada, pero para mi sorpresa cuando llegue, no la halle en su habitación, estaba sentada en el patio con lagrimas en sus ojos.
Cuando me vio se seco las lagrimas y me dijo: “creí en vos, salí a ver la luna, pero hoy no salió”. Caí de rodillas frente a ella, quite la bolsa de mi hombro y le entregue la luna enlazada como si fuera un globo.
Volvió a llorar con fuerza y me dijo “es lo mas bello que alguien hizo por mi”...
De repente algo se movió dentro de mi bolso, asustado mire en su interior y divise la rosa que pretendía usar para distraer a la luna con su belleza. “plántame de nuevo, pero en la luna” pido la flor. La luna asintió y así lo hice.
Al día siguiente ella falleció, su enfermedad le había ganado la ultima batalla. Y al llegar la noche las nubes lloraron, las piedras se chocaban entre si haciendo sonidos impresionantes y aun así la luna brillaba mas que nunca, con un punto rojo que nadie distinguía...
domingo, 7 de junio de 2009
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