Un rostro repleto de lagrimas evaporizadas, un par de ojos cargados de humo dulce, un paisaje solitario, una plaza, una hamaca y sobre ella se mecía lentamente con sus pies aferrados al piso, la niña mas bella que había visto. Decir que su aspecto era triste es ser redundante, pero así era, solo me senté a su lado, la miraba cada tanto, para constatar que siga allí. Después de unos diez minutos me hablo, lo primero que dijo fue, “porque te interesa saber que me pasa?” A lo que yo conteste, “porque sos parte de un todo del cual soy parte y si algo colapsa el todo se desmorona...”
Supongo que mi respuesta le fue suficiente, porque comenzó a contarme sus problemas.
Me contó y yo escuche con mucha atención. Mientras hablaba note que no necesitaba consejos, solo que la escuchen, desahogarse. Y asi lo hice, hablo durante mucho tiempo, la verdad es que no se con exactitud cuanto fue, pero mientras hablaba sus palabras acariciaban el aire espeso que se había formado alrededor nuestro.
Nunca sabré si las sensaciones que sentí esa noche fueron reales o solo el efecto de eso que no tiene cenizas y ella me convidaba.
Sin notarlo después de un rato yo estaba contándole mis problemas a ella, supongo que por eso de que es mas fácil contarle cosas privadas a alguien que no conocemos
Supongo que mi respuesta le fue suficiente, porque comenzó a contarme sus problemas.
Me contó y yo escuche con mucha atención. Mientras hablaba note que no necesitaba consejos, solo que la escuchen, desahogarse. Y asi lo hice, hablo durante mucho tiempo, la verdad es que no se con exactitud cuanto fue, pero mientras hablaba sus palabras acariciaban el aire espeso que se había formado alrededor nuestro.
Nunca sabré si las sensaciones que sentí esa noche fueron reales o solo el efecto de eso que no tiene cenizas y ella me convidaba.
Sin notarlo después de un rato yo estaba contándole mis problemas a ella, supongo que por eso de que es mas fácil contarle cosas privadas a alguien que no conocemos